El transporte es el sector de nuestra economía en el que más rápido crecen las emisiones de gases de efecto invernadero. En España es el transporte terrestre el causante del 90% de las emisiones del sector.

Entendemos por cambio climático aquellos cambios asociados con el impacto humano sobre el planeta. Estos cambios repercuten de forma negativa en nuestro día a día. Se trata de un fenómeno complejo en el que influyen diversas variables.

Una de las mayores preocupaciones actuales es el aumento de la temperatura global, causado por la emisión de gases de efecto invernadero. Este hecho es el principal responsable de la disminución de la masa de hielo en los polos, que a su vez provoca el aumento del nivel del mar, lo que genera inundaciones y amenaza los litorales.

Por otro lado, estas emisiones son las culpables de la contaminación atmosférica que provoca la aparición de fenómenos meteorológicos de mayor gravedad como son las sequías, los incendios, la muerte de especies animales y vegetales, los desbordamientos de ríos y lagos, la aparición de refugiados climáticos y la destrucción de los medios de subsistencia y de los recursos económicos.

En este artículo nos centramos en el papel del transporte en el cambio climático, así como posibles medidas para mitigar estos efectos o evitarlos.

¿Cómo podemos contribuir a mitigar los efectos del cambio climático desde el sector del transporte? 

El transporte es el sector en el que más rápido crecen las emisiones de gases de efecto invernadero. Si no hacemos nada para ponerle fin, las previsiones apuntan a que será el sector que más contribuirá al cambio climático.

El transporte produce un 23% de las emisiones mundiales de CO2 a nivel mundial, y en España es el transporte terrestre el causante del 90% de las emisiones del sector, donde un 50% es producido por el transporte individual o de pasajeros y el resto por transporte de mercancías.

Es un tema complicado de tratar, ya que el número de agentes implicados es enorme: usuarios particulares, administraciones (central, autonómicas, locales) con sus políticas fiscales y de infraestructuras, etc.

Por este hecho, es necesario marcar unas pautas de acción que se cumplan acorde a la Agenda 2030, que de hecho se han empezado a implantar en algunos países como Francia (puedes ver como afecta la nueva ley francesa del clima al sector del transporte).

Posible medidas a aplicar en el transporte de mercancías.

Algunas de las acciones más significativas para reducir las emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero son:

  1. Sistema de gestión de flotas.

  1. Conducción eficiente.

  • La forma de arrancar, conocer cuál es el momento idóneo para empezar frenar, mantener la velocidad correcta, etc. son algunas de las acciones clave para reducir el consumo de combustible y de las emisiones de CO2 que, por consiguiente, supone un ahorro económico y energético, además de lograr menor mantenimiento, mayor velocidad media, reducir el riesgo de accidentes y mayor comodidad.
  1. Vehículos a gas natural 

  • Cada vez son más las alternativas al usual vehículo diésel en el sector del transporte, pero entre ellas se abre camino el gas natural en el transporte terrestre y marítimo, una energía que se emplea para la descarbonización de la economía mundial.
  • En el transporte de mercancías por carretera el gas natural gana confianza para viajes de larga distancia, ya que cada vez es mayor el número de gasineras (gasolineras de gas) por todo el mundo. Por ello, los fabricantes de camiones también aumentan su apuesta por este combustible.
  1. Uso de megacamiones.

  • El megacamión también conocido como camión euromodular tiene unas dimensiones de 25,25 metros de largo, pesa 60 toneladas y tiene una capacidad de 51 palés. El llenado pasa de un 54% a un 57,5%, lo que reduce el número de viajes, kilómetros y el consumo de combustible.
  • Los megacamiones pueden ahorrar hasta un 20% de combustible, un 20% de las emisiones de CO2 y un 40% de las emisiones de otros contaminantes como NOx (óxidos de nitrógeno) según un estudio de la Comisión Europea.

Estas medidas contribuyen a la reducción del crecimiento de las emisiones y, por consiguiente, también mejoran la calidad de vida de las personas. Por ello, muchas ciudades optan por mejorar el transporte urbano, fomentar su uso por parte de la población y también por construir amplias aceras para facilitar el tránsito de los peatones; carriles bici para que este medio de transporte sea una alternativa más segura y atractiva; etc. Acciones que reducen en gran parte nuestra huella de carbono per cápita y son esenciales para alcanzar muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la acción climática.

El cambio climático es un problema de todos y la mejor forma de frenarlo desde el transporte es involucrando a la población en el problema que repercute cada día con mayor intensidad en nuestras vidas.