Cómo Afronta el Sector del Transporte la Consecución de los Objetivos Fijados en la Agenda 2030

En España no han hecho más que crecer las emisiones de CO2 en el sector del transporte, que desempeña un papel realmente importante en nuestra sociedad y en la economía. Esto conlleva un cambio de paradigma en el mundo de las energías, las cuales están obteniendo cada vez más relevancia en el transporte.

Son muchos los cambios que se avecinan a corto y medio plazo en la mayoría de las industrias, pero ¿Qué pasa con el transporte? En un sector que parece cada día más dependiente del petróleo, ¿Qué alternativas tenemos?

Lo único claro es que las energías limpias van a tener un papel predominante en las próximas décadas y que el transporte tendrá que buscar la oportunidad de adecuarse a ellas.

Agenda 2030 ¿En Qué Consiste?

Varios países se comprometieron con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y su cumplimiento para el año 2030.Los objetivos persiguen la igualdad, la protección del planeta y asegurar la prosperidad como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Por eso, dicha Agenda 2030 está ya en el punto de mira del Estado y del Gobierno.

¿En Qué Medida Afectan Estos Objetivos Al Transporte?

Dentro de estos 17 objetivos tomaremos hoy más en cuenta los que entendemos que afectan más a nuestro sector como puede ser el siguiente:

Objetivo 7 de la agenda 2030 – Energía Asequible No Contaminante

Centrado principalmente en el transporte, este objetivo busca garantizar el acceso universal a una energía moderna, asequible y sostenible, al tiempo que pretende adoptar medidas urgentes para combatir los efectos del cambio climático.

Los datos que está manejando actualmente la comunidad científica señalan directamente para 2020-2050 a las emisiones de CO2 como el principal vector de transformación en el sector energético. Como prioridad, está la de descarbonizar de forma sistemática y profunda este sector, en parte gracias al acuerdo de París adoptado en Diciembre del 2015 y ratificado por España posteriormente, con lo que se ha pasado del debate a la estrategia pura para conseguir alcanzar estos objetivos que estamos comentando en estas líneas.

Se pretende la paulatina introducción de fuentes renovables y sostenibles para obtener beneficios tanto medioambientales como de carácter económico, traducidos en generación de empleo, creación de nuevo tejido empresarial, reducción de la dependencia exterior y la mejora en la balanza de pagos. 

Dicho todo esto vayamos con los datos:

  • El transporte como tal supone un 28% del total de emisiones de gases de efecto invernadero en España.
  • En España el carbón todavía supone un 17% de emisiones. Recordamos que este combustible es el que más CO2 emite.
  • El petróleo supone el 42% de la energía consumida y el 52% de las emisiones totales.
  • En España, 25 millones de viviendas aún no tienen una calidad energética aceptable.
  • La energía es el factor que más contribuye al cambio climático y representa el 60% de las emisiones de gases a nivel mundial.

Éste es el tema del que todo el mundo está hablando, sin embargo, sin coches ni camiones renovables la pregunta o el hilo de conversación vuelve a ser el mismo que el del principio. ¿Estamos cambiando el sitio desde donde emitimos las emisiones en lugar de reducirlas?

Existen proyectos basados en modelos ya existentes, como el ferrocarril de India que incluye placas solares en el techo de los vagones, o incluso en las inmediaciones de las autopistas para proveer a los vehículos de electricidad ¡Como un Scalextric! Aunque parezca imposible, estos proyectos son más asequibles de lo que se pensaba en un principio y ya hay algunos en marcha, por ejemplo, el de una empresa española que convierte a cada camión en un purificador de aire. Cada camión que circula puede ir “limpiando” el aire que pasa a través de su carrocería gracias a una acción química, sin necesidad de usar energía.